19 de noviembre de 2012

El escritor

Para los que gustan de leer cuentos de suspenso al estilo de Edgar Allan Poe, aquí les dejo este esperando sea de su agrado.

El escritor.

Un ruido lo saco de sus pensamientos y lo hizo consciente de que se estaba quedando dormido, había sido un largo día de esos en los que se pretende hacer mucho y se hace poco o nada, la reunión de los martes a las 6 de la tarde se había extendido como era costumbre en los últimos meses hasta las 9 sin ningún progreso, la cita era en el museo de la ciudad y a pesar de estar en el centro, la reunión era amenizada con la marcha de los vehículos de los negocios aledaños que daban por terminada su jornada de trabajo, hasta quedar un silencio que apenas era perturbado por el murmullo de alguna pareja que cruzaba por la calle entre pasos y besos, la reunión era entre un grupo de intelectuales de esos que hablan mucho pero dicen poco, en medio de ademanes soberbios...

No atinaba a determinar si el ruido lo había escuchado solo en su recurrente sueño de estar jugando en un columpio en medio de la noche en un parque viejo, o si había venido de la habitación contigua, su mirada recorría sin ver su escritorio viejo donde había escrito tantos éxitos, y se detuvo en una pila de hojas, de historias sin final, era un hecho sus mejores años habían pasado, solo le quedaba el recuerdo de un sabor a éxito lejano, que se había empolvado con los años.

dio una mirada incrédula a todo el estudio, era un cuarto frio y oscuro con una cortina pesada que cubría un gran ventanal en un segundo piso desde donde se podían contemplar por la noche las luces de la ciudad, con un librero enorme que cubría por completo una de las paredes, se dio un tiempo para recorrerlo dedicando un recuerdo a dos o tres de sus éxitos donde había dedicado su alma y su tiempo, siguió mirando hasta encontrarse con su silla, era una de esas que acostumbran los sicólogos en sus terapias, la había elegido así porque gustaba de pensar que cada historia no era más que un vislumbre de alguna vida pasada, pero en los últimos años lo único que había visto era el cerro de papeles aún sin poder determinar si estando dormido o despierto, camino hacia la puerta escuchando el sonido de su paso ligero debido al eco del estudio poco amueblado, se dirigió al pasillo donde estaba el cuarto contiguo de donde había escuchado aquel sonido, era una casa vieja con escaleras oscuras y sucias, aún lado del estudio se encontraba el baño y justo enfrente la habitación del viejo escritor, se encontraba la ventana abierta y el viento levantaba las cortinas, y un escalofrío recorrió su cuerpo al cerrar las ventanas, como si algo o alguien lo estuviera observando, se dijo a si mismo que estaba cansado, que pudo haber sido el rechinido que hacia la ventana o el sonido que hace la cortina al ser golpeada fuertemente por el viento, se distrajo por un momento pensando en las fúnebres historias que acostumbraba contar uno de sus amigo más allegados, pensó que era algo tonto pero en el fondo sabía que no había sido el viento, escucho un golpe seco en la ventana y le regreso el miedo, se acerco lentamente a la ventana que quedaba cubierta por la cortina cerrada, la cual recorrió sin ver nada, así que con decisión abrió aquella ventana, y conteniendo el aliento asomo la mirada escuchando los sonidos de su corazón, sintió como latían más rápido cuando vio entre vagas luces que algo se movía, dio un paso para atrás al momento y en su cabeza daban vueltas conjeturas mal hechas de lo que creyó haber visto, es la imaginación que me está jugando una broma se decía con la voz nerviosa entrecortada, se lo decía en voz alta para que el sonido de su propia voz lo tranquilizara, pero había algo más, pudo sentir una mirada, tal vez algún ave o una rata, se le enchinaba la piel de pensar que pudo haber sido... no claro que no!. se negaba así mismo pensar esa posibilidad, como si él no dar a pie a ella, le restara probabilidades a la realidad, se preguntaba cuanto tiempo había pasado ahí parado frente a la ventana si hacer nada, había perdido la noción del tiempo, y escucho el sonido del péndulo de aquel reloj grande y viejo que estaba en el pasillo, lo había hecho consciente de que se había extraviado en pensamientos por un largo tiempo, así que en un arranque por saber que pasaba abrió de nuevo la ventana y asomo la cara y sintió pánico al encontrarse con otra mirada, sentía que desmallaba. Intento retroceder pero esta vez no le obedecían sus pies, se había congelado, era como si se encontrara preso en un cuerpo del que no tenía el control para moverlo, pudo sentir el frio en la cara y manos, quiso cerrar los ojos como de pequeño cuando das por sentado que aquella cosa que no vez no puede hacerte daño, pero era inútil... estaba petrificado

Así que aquella mirada dio un paso adelante como si quisiera mostrar su rostro, estaba gritando por dentro pero no salía ni el más leve chillido de esa boca seca, cuando una fuerte ráfaga de viento dio directo en el faro haciéndolo balancearse un poco dando un rayo de luz a ese ser extraño... era solo un rostro sin cuerpo.................. gracias a Dios se dijo el escritor mientras reía, sabía que no tenía tan mala suerte como para encontrarse con... miedo le daba siquiera pensarlo... un gato negro.



 

Ro Danyel Luna

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