10 de diciembre de 2012

Manifestarse o no manifestarse

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La insurrección es un acceso de furor de la verdad.
A veces insurrección es resurrección. Víctor Hugo



El día de hoy la gente despertó con una Noticia, fallece Jenny Rivera al caer el avión en que se trasladaba.
Y aunque trágica la noticia (siempre es de lamentar el fallecimiento de alguien), me sorprendió la difusión que se dio en medios de comunicación (televisión, radio y prensa), redes sociales y sobre todo, como tema de conversación entre fanáticos y no fanáticos (lo cual es aún más interesante). Incluso yo lo menciono en este artículo, jajaja
 
Y fue entonces que me empecé a cuestionar algunas cosas:
¿Qué hace que la gente se interese por un tema?
¿Qué hace que la gente resienta tanto la muerte de una artista (de mediano éxito), y escuche con apacible sordera la muerte de tanto mexicano (como tú y como yo) a manos de la delincuencia, del abuso de poder, de la negligencia, del hambre??

Tal parece que simplemente hemos dado por hecho que las cosas son así, y no las podemos cambiar. Lo que resulta bastante grave.
 
Me sorprende como el sábado la gente eufórica celebraba la victoria de Marquez como si fuera la propia, es tal el grado de conformismo entre nuestra gente, que vivimos de los triunfos ajenos y los hacemos propios. Por un esfuerzo vano de vincular a nuestra vida la victoria.
 
Entre distintas conversaciones en las que me vi involucrado durante la mañana (todas acerca de Jenny y Marquez) algunas a favor otras en contra, me sorprendió una en especial.
Alguien que con visible molestia comentaba: -¿Cómo es posible que en el especial que se hizo ayer en tv a la cantante la compararan con Pedro Infante??
Lo más increíble es la forma en que se expresaba de la cantante, diciendo que nunca fue tan famosa, etc. Y al cuestionarle si había visto todo el programa, ella contesto -pues sí. Jajaja
Es de admirar como se difundió la noticia, pero sobre todo me impacto la sed de información que tenía el pueblo mexicano (cuando menos en mi cuidad)
Escuche frases como: -que Jenny está desaparecida, enciende la Tv a ver si dicen algo, -busca en internet a ver si ya hay información más precisa.
Y francamente me quede de a 6. Me encontré con un pueblo mexicano que se informa y que además busca noticas fidedignas, que no descansa hasta tener certeza.
Y ahora que con qué cara decimos que la gente cree todo lo que dice la Tv (cuando estaban indagando), ó que la información no fluye con facilidad. Impresionante, ¿¿no??
 
Y aunque parezca que divago, quiero dejar en claro el motivo de esta publicación. ¿Sirve de algo manifestarse?
Comencé haciendo referencia a la forma en que se puede propagar la información y en que nos podemos interesar por saber la verdad.
Y otra pregunta me asalta: -¿Por qué hoy en día muy poca gente sabe cómo va a repercutir en su día a día la reforma laboral?
-¿Por qué a pesar de que está en juego su trabajo, su patrimonio y lo más importante, el sustento familiar permanecemos impávidos?
-¿Por qué la gente juzga y reprende los actos del 1 de diciembre? Si pocos se tomaron la molestia de investigar más allá de lo que se dijo en prensa y TV abierta
Es tonto pensar por el número de personas (aunque esperaba fueran más) que se manifestaban, que si TODOS hubieran causado destrozos los daños sean solo los que se reportaron. Serían mucho mayores.
 
La forma en que se ha manejado la información en los medios responde a una lógica, la de criminalizar las protestas. Se trata de dar una lección a quienes protestan y convencerlos de lo estéril de manifestarse. Sobre todo si trae como consecuencia ser acusados por múltiples delitos. Tal parece que es mejor quedarse en casa en silencio ó quejándose pero solo frente a la Tv. Es necesario perseverar y tomar la calle, aunque sólo sea para dar testimonio del desacuerdo. Y dejar en claro que no se puede gobernar impunemente. Ese es el valor de las manifestaciones.
Las manifestaciones son la punta del iceberg y expresan un estado de ánimo, una llamada de atención o un intento de hacer visible un problema. Los plantones constituyen parte de la libertad de reunión y expresión de la ciudadanía. Señalar que los problemas no existen cuando la participación es minoritaria, es insultar la inteligencia.
Hoy en día conseguir que la gente salga a la calle y exprese su parecer, constituye un éxito. Los medios promueven la pasividad, la desmovilización, el conformismo social, el sálvese quien pueda. A pesar de ello, la gente sigue movilizándose.

Los motivos; prácticamente los que sea: a favor de los animales; de la libertad; en contra de las corridas de toros, a favor; por amor a un cantante, por odio a ese cantante; etc. etc. Por lo tanto la insensibilidad hacia las manifestaciones es elevada entre la gente. La eficiencia de las marchas parece casi mínima.
Habrá quien diga -¡Las manifestaciones no sirven para nada!
Bueno, en efecto, muchas manifestaciones son inútiles; pero otras... pueden, y han cambiado la historia. Por ejemplo:


La marcha sobre Washington. En 1963, para lograr la anhelada igualdad racial.
Con el célebre discurso de Martin Luther King "Tengo un sueño", marcha a la que incluso Malcolm X se oponía por considerarla bastante tibia.

La marcha de la sal. Donde el dirigente indio Mahatma Gandhi el 12 de marzo de 1930, emprendió una marcha desde su casa, en Ahmedabad, a la costa del Océano Índico, a 390 km. Anunció al gobierno británico que su intención era llegar al mar, y violar la Ley de la sal; una ley que prohibía a nadie que no fuera el gobierno inglés fabricar y comerciar sal.
 
Gandhi comenzó, acompañado por algunas pocas decenas de seguidores. Sólo que conforme pasaba por alguna población, se iban sumando cientos y miles de personas a la manifestación; hasta que llegaron a ser aproximadamente 50,000.
El gobierno arrestó a cerca de 60,000 ladrones de la sal, incluido Gandhi, pero tras varias semanas, tuvo que ceder, aceptando que era imposible castigar a todo el pueblo cuando está bien organizado.


Con esto no estoy promoviendo una revolución, ni que salgamos a las calles a protestar por cuanta cosa nos cause una inconformidad y mucho menos justifico los actos de vandalismo.
Solo quiero señalar que las manifestaciones sociales existen desde tiempos memorables
La primera protesta popular de la que se tiene constancia, figura en los textos de Heródoto, tuvo lugar en el antiguo Egipto, concretamente, el año 1166 a.C., durante el reinado del faraón Ramsés III. Los trabajadores que construían el sepulcro del soberano vieron mermada su ración diaria de víveres y, cuando la situación empeoró aún más, arrojaron sus herramientas y se declararon en huelga
.
y algunas han cambiado el rumbo de la historia, y en su momento fueron considerados inadaptados sociales.

 
Si algo necesita este país, es informarse y levantar la voz, pero en este orden. Primero debemos informarnos, determinar qué es lo que queremos (aunque al principio sea descalificando lo que no queremos), deliberar entre todos la forma y actuar de la manera más responsable pero más determinante.

 
Infórmate, involúcrate y no caigas en la trampa de pensar que a ti, no te va a pasar.

 
 

Ro

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